“El maestro Fuenmayor”, como se le conocía en los medios literarios, periodísticos y en las tiendas de barrio que frecuentaba, era reputado como el más erudito del llamado Grupo de Barranquilla. Fue alma y motor de Crónica, semanario que circuló con El Heraldo entre 1950 y 1951. Al lado de Gabriel García Márquez, quien tenía a su cargo la jefatura de redacción, Fuenmayor hizo de Crónica una publicación sui generis para la época. En este tomo de la Colección Roble Amarillo los lectores encontrarán una selección de sus columnas periodísticas.